30 de noviembre de 2009


Tus pupilas se clavan como puñales en mí,
mis neuronas viajan al País de Nunca jamás.
Y mientras espero un próximo tren de oportunidades,
resurge en mí una ilusión perdida.

13 de octubre de 2009

Para mi la vida está en la naturaleza y en los sentimientos.
En la naturaleza incluyendo en ella, todos los seres vivos (plantas, animales, seres humanos, ...) y en las emociones en cuanto a lo que nos hace sentir algo o alguien (llorar de pura tristeza, nostalgia, el amor que te procesa un ser querido y que con solo verlo notas eso en el cuerpo, esa sensación de querer mostrarle todo tu afecto hacia él/ella, en la alegría y risa que nos provoca un buen chiste o una tarde con los amigos, en la amargura de un desengaño, o en la excitación de una caricia o un beso). para mí, todo eso es la vida, a partes iguales. E intento disfrutar cada una de esas cosas al máximo en su momento, me encanta quedarme contemplando y procesando cada una de las imñagenes, sensaciones y admirarlas y pensar en lo pequeños que somos en comparación de este gran mundo en el que pensando me pierdo porque no puedo abarcarlo cuanto quisiera.

7 de octubre de 2009

Sofía

Sus senos, ahora desnudos, apenas estaban cubiertos por las suaves sábanas de seda blanca. Él la observa maliciosamente, sabía qué era lo que ella esperaba de él, y eso le excitaba aún más.
Con movimientos lentos ella consiguió colocarse encima de él, pareciendo aún más inalcanzable. Siendo más irresistible.
Se agarró fuerte a su sus hombros mientras el comenzaba las envestidas, suaves pero intensas.
Comenzó a gimotear como una niña indefensa, lo que hizo que él aumentara el ritmo. Ella sabía qué era lo que le volvía loco, aunque no era por eso que lo hacía. Con él se olvidaba de todo, se volvía vulnerable.

4 de octubre de 2009

No sé como agradecerte todo lo que hiciste ayer por mí. Te portaste genial conmigo, y me cuidaste y me diste todo lo que necesitaba en eses momento. Hasta me hubieras llevado a casa si huibiese hecho falta.

Te amo muchísimo mi amor,
y estas cosas no se me olvidan fácilmente.
Como tampoco se me va a olvidar fácilmente el día que pasamos ayer. En el Spa, comiendo juntos, ...



Estoy pasando momentos de mi vida increíbles junto a ti.

29 de septiembre de 2009

Capítulo 7 – La boda

Abrió los ojos muy poco a poco, no podía creer que fuera a casarse.
Eran las ocho y cuarto y la peluquera estaba a punto de llegar. Para Silvia, toda boda que se precie debe tener su propio servicio a domicilio. Ir hasta la peluquería del barrio para que una mujer entrada en años le arregle el pelo y su ayudanta joven e inexperta le maquille, jamás se le hubiera ocurrido.
Se comió una tostada con mermelada de fresa y tomó un zumo de naranja recién exprimido, que su propia madre había preparado. María José, que así se llamaba la madre de la futura mujer de Don Portelinni, estaba aún más nerviosa que la propia hija. Jugueteaba con una pelota de color rojo que su hija le había proporcionado para que se tranquilizara y dejara de ponerla más nerviosa a ella también.



Cuando ya se hubo colocado la lencería íntima de un blanco pulcro, se colocó con sumo cuidado un lazo de seda azul (préstamo de su madre).
Como estaba previsto, un cuarto de hora más tarde llegó la peluquera. Que resultó ser peluquero.
Saltaba a simple vista que había estado en bastantes bodas de ese valor económico, ya que traía con el un arsenal de productos de belleza dentro de cuatro maletines de piel de cocodrilo, que eran sostenidos por cuatro ayudantas jovencitas, muy monas todas ellas, ataviadas con unas faldas rojas y unos suéteres color beige.

27 de septiembre de 2009


- ¿Quién eres tú?- llegó a pronunciar. El tiempo les había cambiado demasiado. Demasiado para no reconocer a la persona que tenía delante.
- ¿No me reconoces? Hace un tiempo éramos como uña y carne-. Pero Laura apenas recordaba la última vez que se vieron. Era como si todos sus recuerdos hubieran sido tapados bajo una sábana blanca en un cuartucho oscuro. Nada podía hacerlos volver, ya que ella misma se había encargado de guardarlos bien allí donde estaban, para no volver a repetir ese dolor. ¿O quizás volviera a ocurrir?

24 de septiembre de 2009

Todos tenemos una imagen que mostramos a la sociedad de forma pública. Todos nos creamos un personaje con el cual nos sentimos a gusto. Pero en el fondo, todos somos más complejos de lo que nosotros mismos creemos. Tenemos tantas facetas y tantos aspectos por descubrir que nunca podremos llegar a aburrirnos, siempre habrá algo nuevo que nos sorprenda de nosotros mismos, algo que nos haga dudar sobre si somos de una manera u otra.



Pero en realidad no podemos elegir, llevamos dentro cada una de las personalidades habidas y por haber, solo que escondemos las que menos nos gustan y dejamos salir aquella con la que más cómodos estamos.

21 de septiembre de 2009

¡Bienvenida a la Universidad!


Clase de Economía, charla con el Decano y la Vicedecana y clase de Fundamentos de la Comunicación y de la Información.


Hoy ha sido un día que marcará un antes y un después en mi vida, o eso espero. Lo he pasado genial en mi primer día como universitaria, y espero que mañana me sigan sorprendiendo para mejor las nuevas asignaturas y los compañeros de clase (con los que ya he hecho amistad en algún caso).

20 de septiembre de 2009

Último día de vacaciones

A pesar de que aún seguimos en verano, aquí en el norte, ya ha comenzado a llover dese hace ya unos días. El ambiente está triste y gris y todo eso lleva a la fatalidad de empezar un nuevo curso, nuevos retos, nuevas responsabilidades; en las que no van incluuidas las risas, ni el divertimento. En definitiva, se acabó el buen humor y los días en los que tumbarse en el sofá era la mejor opción de administrar el tiempo. Solo queda trabajo, trabajo y más trabajo.

9 de septiembre de 2009



Éstas han sido las primeras vacacines a tu lado, pero sé, que no serán las últimas.

2 de septiembre de 2009


Nos esperan unos
días inolvidables, juntos.

31 de agosto de 2009

That's the way, I feel it.

Es una nueva Era,
quizás una nueva etapa de esas que marcan tu vida para siempre.





















Sí, quiero vivirla.

21 de agosto de 2009


No salgo de mi asombro cuando me encuentro con situaciones tan ridículas que jamás pude imaginar. A veces tienes tanta fe ciega en ciertas personas, que creer conocerlas hasta el mínimo detalle, y sin embargo, te ves envuelto en una situación que no esperabas.

A veces creo que no vale la pena luchar por algo para que luego te sea arrebatado de manera ilógica.

13 de agosto de 2009

Retazos de mi novela

No podía dormir. Eran las cinco de la mañana y apenas había pegado ojo. Se revolvía entre las sábanas reflexionando sobre si había tomado la elección correcta. Ricardo, ajeno a todas sus dudas, se encontraba dormido al lado de ella. Se giró para mirarle de cerca. No podía creerlo, iba a marcharse a Alemania con aquel hombre que ahora dormía placidamente en su cama.
Parecía algo tan arriesgado e impulsivo. Y hacía mucho tiempo que Silvia no sentía nada de eso. Había dejado de hacer cualquier cosa que no estuviese planificada, se había hecho mayor antes de lo pensado. Por eso, la sola idea de abandonar el país con su ‘amante’ como en una película de Hollywood, hacía que su futuro pareciera más excitante y maravilloso que en los últimos cinco años.



De pronto sonó el móvil de Ricardo. A pesar del ruido escandaloso que había producido, éste no se despertó.
Decidió mirar, por si acaso era una urgencia o algo importante, claro está. Lo cogió y vio un mensaje de una chica que no conocía. Una tal Juliette.
La intriga y curiosidad sana se habían desvanecido dejando paso a cierta sospecha.
¿Juliette? Ricardo jamás la había hablado de ella. Intentó tranquilizarse pensando que quizás fuera una prima o algún pariente lejano que necesitaba de él, o simplemente una buena amiga. Una buena amiga que le llama a las cinco de la mañana desesperada por sus besos y sus...
‘¡Basta! No seas paranoica’ se tuvo que decir así misma para no empezar a arrepentirse antes de lo previsto de su elección de pasar en Alemania los siguientes seis meses.

7 de agosto de 2009


Borrosas líneas trazadas a mano alzada.

¿Por qué no puedo ver más allá de esta silueta borrosa?
¿Cuál es la razón para que no consiga avanzar? ¿O es retroceder lo que quiero?
Sí, sí. Desearía con todas mis fuerzas poder volver a resurgir aquellos maravillosos años, quizás no maravillosos debería reconocer, pero las comparaciones son tan indiscretas que no dan pie a equivocación alguna.

6 de agosto de 2009


Incandescente, intransigente.
Penetrante y jadeante. Ácida, temeraria.
Furtivamente atractiva y felinamente única.

3 de agosto de 2009


Sumamente delicada. Así era ella.
Dormía placidamente en su cama, de medio lado. Mientras él la observaba, apoyando su cabeza sobre su mano.
Estaba tapada hasta la cintura y dejaba ver su camiseta de tirantes rosa con ese dibujo tan infantil que consiguió sacarle una sonrisa al pensar lo boba que se ponía cuando intentaba hacerle reír.
Ella era su GRAN AMOR. Ahí, tumbados los dos, se puso a pensar en lo mucho que le importaba ella.
Jamás había sentido algo tan profundo por nadie. No se había dado cuenta, pero el paso del tiempo y su sonrisa habían terminado por enamorarle de una manera loca.

Tenía todo lo que ansiaba en una mujer. Ella era perfecta para él.
Siempre de buen humor, conseguía alegrarle cualquier día triste, con un entusiasmo y una vitalidad inconcebibles.
Su inocencia particular aún seguía vigente en ella, aunque al mirarla de nuevo, le parecía estar viendo a otra mujer diferente. Y estaba orgulloso de haber podido compartir ese largo camino junto a ella.
La adoraba. Le tenía encandilado.

Para él, ella lo era TODO.

28 de julio de 2009

El caramelo chorreaba por los morros de Maripe mientras una mariquita se posaba en su regordeta nariz. Llevaba el vestido de lunares azules que su madre le había comprado por su sexto cumpleaños y las gafas de sol guardadas en su bolso marrón, que colgaba bajo su cintura.
Ese día había olvidado coger su pañuelo naranja con dibujos veraniegos que tanto le gustaba, así que corrió inmediatamente donde su paciente madre.



Ésta le limpió la boca mientras Maripe le contaba la grandiosa historia de su nueva amiga la mariquita que había volado y se había marchado sin decirla nada. Entonces para que Maripe no se pusiera triste, su madre le cogió de la mano y la acompañó hasta el césped del parque, donde encontraron más mariquitas, a lo que su madre le dijo:

- ¿Ves Maripe? Tu amiga la mariquita ha venido a jugar con sus otras amigas.

Entonces el rostro de Maripe dejó ver una enorme sonrisa y ambas se levantaron y echaron a andar camino a casa.

23 de julio de 2009

La luz que ilumina el camino...
... flaquea en fuerzas.
La luz que ilumina el sendero está contrariada y perdida.
La luz que ilumina no deja que vea clara la salida.
La luz que ilumina tu rostro apenas muestra ganas de mirarte.
La luz que ilumina mi vida comienza a pagarse...
... y es ahora cuando más necesito que me alumbre.
Cuando más necesito que me guíe por el serendero que he de cruzar sola y desprotegida.
Cuando más necesito de tus besos y tus mimos, de tus abrazos y tus susurros. Necesito de tu amor, beber de esa fuente insaciable llamada 'corazón'.



Necesito ser fuerte y aprender de los errores.
Vivir la aventura de la vida.

18 de julio de 2009

Sabía que debía regresar a casa, pero era incapaz. Le encantaba esa sensación del viento rozando su cara y jugando con su pelo.
El día estaba claro a pesar de alguna nube que se paseaba por allí. Olía a pureza, a fresca menta y hierbabuena.
Se incorporó y comenzó a andar descalza sobre la hierba aún húmeda.
Amaba ese sitio, y le amaba a él.
Estaba sentado en el porche de la casa y le saludaba con la mano.
Allí todo era genial, como otro mundo a parte, donde sólo ellos estaban, donde crear un lugar para los dos.


15 de julio de 2009


El bote frío de cartón rebosaba helado de fresa ácida y pequeñas nueces, mientras que los labios de Laura estaban cubiertos como si de un pintalabios se tratara.
La dulce inocencia que siempre había envuelto a su persona, le había sido arrebatada de un solo golpe.
Estaba sentada en el sofá, ahora orientado frente a la ventana. Recorría con sus ojos las calles anaranjadas por el sol e intentaba no pensar en nada que tuviera que ver con su vida.
Le encantaba mirar a los transeuntes que concurrían la avenida e imaginar como serían sus vidas.

24 de junio de 2009

Retazos de mi novela


[...]

- ¿Todo el verano?- preguntó Silvia. Al imaginarle lejos de ella tanto tiempo se dio cuenta de que todavía le quería y lo de Enrique había sido solo una pataleta de niña pequeña.
- Sí... puede que incluso Septiembre y Octubre- se quedaron mirando durante un par de segundos. De repente era como si hubiesen vuelto al inicio de su relación. Habían vivido muchas cosas juntos, habían pasado buenos y malos momentos, y también habían estado separados el uno del otro varias semanas, incluso algún mes que otro... pero más de medio año era una prueba de fuego para los dos.- Había pensado- siguió hablando Ricardo- que si quisieras podrías venirte conmigo a Alemania.
- ¿Qué?- eso había sido inesperado. Después de tantos sobresaltos Silvia iba a necesitar más que una reconstrucción facial.
- Sí. Podrías venirte y compartir el piso con Javier y conmigo.
- ¿Javier?- apenas le salían las palabras suficientes para que Ricardo le fuera suministrando la información necesaria.
- Sí. A él también le han concedido la beca, aunque no por ser hijo de alguien importante, está claro- dejó salir una carcajada de su boca.
- Mm... no sé Ricardo, creo que debería pensarlo y ya te daré una respuesta más adelante, ¿de acuerdo?
- Vale gordi. La verdad es que si no vinieras te echaría de menos- el tono de su voz se tornó suave y tenue. Estiró su mano hasta llegar a la cara de Silvia, introdujo suavemente los dedos entre su pelo y la atrajo hacia él. Se fundieron en un cálido beso al que le siguieron otros nacidos de una pasión inesperada de la mano de sensuales caricias y alocados gemidos que enmudecieron entre las sábanas.


Continuará ...

13 de junio de 2009


Y me enreda tu silencio que adormece entre mis sábanas y se mete en los resquicios de mi corazón.
Aúlla el nombre de mi mirada y desea cada parte de mi razón. Cada vez es más fuerte y enloquece con mi dulzura y tu seducción.
Tus cabellos ionizan mis sentidos y mis manos escapan tras de ti. Me tienes desquiciada y atravesada, no puedo guardar más esta locura que me desata.

6 de junio de 2009


Estos días no he podido subir más frecuéntemente textos para que podáis leer. Estoy ocupada con los estudios para Selectividad, que acaban la semana que viene.
Después retomaré el ritmo de antes.

Un beso para todos los que seguís leyéndome.

31 de mayo de 2009

Mi cumpleaños


Sí, sí, ya ha llegado ese día en el que mi juventud y mi belleza pierden un poquito de calidad y mi responsabilidad la gana. Pero creo que de momento perfiero seguir siendo bella y joven sin un ápice de lógica en mi mente xd

De momento seguiré diciendo que tengo 18- hasta las dos menos cuarto del mediodía no nací xd-, de ilusiones se vive, jaja.
Y he aquí un link con una fotografía de la rica, rica, rica tarta que me he hecho para mí- con estas manitas- para celebrar mi cumpleaños.
http://www.fotolog.com/exotic_narrative




¡Feliz cumpleaños para mí! :D

13 de mayo de 2009



Causa y Efecto

Todo lo que hacemos acaba teniendo unas consecuencias, que generalmente nunca encajan con la visión de futuro que teníamos pronosticada para nosotros mismos. Quizás algo tan simple como un pequeño detalle en una hoja de papel, del que no nos habíamos percatado, haga que todo nuestro mundo se desmorone, haciéndonos caer a nosotros con él.
Nuestras motorizadas vidas cambian su rumbo en apenas un instante y es entonces cuando recordamos los tormentosos caminos, aparentemente inofensivos, que hicieron posible la GRAN caída en el fondo del abismo de la miseria.
Porque aunque intentemos huir, somos humanos; y como tales estamos predestinados a elegir más de una vez la opción equivocada y una vez que ésta da sus nefastos frutos, nos volvemos exageradamente histéricos y tremendistas, porque somos humanos.

No importa que existan otras maneras y otros caminos, o que quizás con un poco de esfuerzo lleguemos a conseguir algo parecido a lo que buscamos. Eso no nos vale, queremos la perfección, lo imposible de alcanzar cueste lo que cueste, ¿y todo porqué? Porque somos humanos.

7 de mayo de 2009


Cae volcada en su regazo tras un día agotador. Él la consuela, sabe cómo hacerlo.
Apenas hace frío, pero ella tiembla. Su rostro palidece a cada minuto que está junto a él.
Sabe que es una droga para ella. Lo sabe porque le hace mal, pero aún así sigue volviendo junto a él.
Malvive perdida entre sus sueños de princesa y una realidad destrozada por las manos de un hombre que un día arañó su amor para romperlo en mil pedazos, una y otra vez, hasta que su respiración cese.

6 de mayo de 2009


Subía las escaleras corriendo. Una tras de otra, respirando por la boca.
Necesitaba llegar lo antes posible.
De repente un peldaño roto... y tropezó.
Apoyó su zapatilla mal y cayó al suelo, derramando con ella todos sus libros que sujetaba entre sus brazos.
Dolorida, maldijo la caída, y a pesar de la herida de su codo y la sangre recorriendo amablemente su brazo, decidió levantarse y seguir subiendo las escaleras.
Tenía que llegar antes.
Su corazón latía fuertemente, acompasado de su respiración entrecortada.
Parecía querer salirse. Traspasar la piel y salir de su cuerpo hasta llegar a él.
Extasiada llegó al último escalón.
Se detuvo. Giro la mirada en todas las direcciones... y le encontró.
Allí estaba, sentado junto al cristal, escuchando música.
Cruzó la calle rápidamente y desde el otro lado inhaló aire, y lo contuvo durante la décima de segundo que le vio pasar.
Suspiró embelesada, mientras seguía con la mirada el autobús que se perdía en la siguiente curva, intentando hacer de ese momento un instante aún más prolongado.
Lo retuvo en su memoria, hasta el día siguiente.

1 de mayo de 2009


Rebeldía insaciable.
Te mueves de un lado a otro sin rumbo. Sólo avaricia.
Quieres más. Quejas y gritos.
Asquerosidad en el lavabo.
No tienes límites, tus dedos se alargan hasta tu laringe excavando el túnel hacia el final de tu vida.
¡Mírate! No eres más que un montón de huesos inservibles con una cabeza de cartón.
Asimila las ideas. La televisión solo acumula mierda en tu almacén cerebral.
Publicidad engañosa debatiendo contra pensamientos confusamente reales.
¡Come! ¡Alimenta tus pliegues hormonales!
Tu vida cae en picado, abajo y más abajo.
Agárrate, por lo que más quieras, a esa mano que te quiere ayudar.
Sujétate bien, que te llevará a la superficie del fétido lago negro.
Comienza a andar. Tus pasos quedan grabados bajo esa manta melosa que agarrota tus entrañas.
Sabrás el camino, lo memorizarás para no volver.
No retrocedas ni mires atrás. Sigue adelante.
La vida te brinda otra oportunidad.

15 de abril de 2009


Fatídico, caótico. Otro día más sin ti.
Y es que no lo comprendo, no sé que me has dado. Eres como una droga para mí.

Tu aliento se me escapa entre los dedos y acaricia mi mejilla para llegar a mis labios y decirme: TE QUIERO.
Vas a volverme loca. Tu mirada me perturba y consigue avergonzarme.
Emocionada, cada vez que te giras para ver si camino tras de ti. Voy de tu mano, agarrada fuertemente sin apretar, pero con una unión inseparable entre los dos. No te soltaría ni estando loca.

Mi corazón se revuelca excitado dentro de su habitáculo cada vez que me dedicas una sonrisa de amor.
De esas que hielan el alma, que empujan hacia arriba y hacia abajo como en una montaña rusa.

Esto es fuerte. Lo noto. Lo siento con los ojos cerrados, cuando me acompañas entre las tinieblas y haces que todo se vuelva de color, cuando haces cálido un día gélido, cuando conviertes la tristeza en alegría con solo estar junto a mí.

Te quiero, lo sé, lo siento.

20 de marzo de 2009


On the Road

Aparcó su Harley a la entrada del bar, y bajó a comprar unas latas de cerveza.
Al quitarse el caso, ladeó de manera intensa la cabeza, para dejar libre toda su cabellera.
A pesar del calor, llevaba una cazadora de cuero y unos vaqueros negros.
Salió del bar con cuatro latas bien frías de birra, que guardó cuidadosamente en el habitáculo trasero de su moto, justo después de tomarse una de ellas de un solo trago.
Pasó la pierna hacia el otro lado de su Harley, y la arrancó, haciendo rugir su potente motor.
Ya en la carretera el calor era mínimo. La velocidad que acostumbraba a llevar hacía el trayecto más ameno.
Iba zigzagueando entre los coches, para poder adelantarlos. Le encantaba tener el control, y poder dominar la carretera a su antojo. Sentía la rabia de su preciosa moto bajo sus manos, que agarraban los manillares cautelosa e imponentemente.
Enseguida llegó a su destino, “SEA ROAD”, un lugar donde se hacían concentraciones en días especiales como aquel. Era el aniversario de la muerte de un gran amigo, muy querido entre todos ellos.
Francisco era motorista desde que su padre le montó en una moto con apenas cinco años. Le encantaba, lo llevaba en la sangre, y estaba orgulloso de poder formar parte de aquella pequeña familia que todos ellos habían logrado llegar a formar.

14 de marzo de 2009


Se despertó, encontrándose en un lugar desconocido.
No recordaba que había pasado, había bebido demasiado. Lo último que recordaba era haber ingerido un par de pastillas, solo eso.
Parecía un callejón sin salida. Estaba oscuro y humedecido, había basura y moho por todas partes.
Un gato salió de repente de una caja de cartón, camino silenciosamente hasta ella y paso de largo.
Miró hacia abajo, tenía un tacón roto y el vestido rasgado.
Buscó en su bolso su móvil, pero no tenía cobertura. Decidió incorporarse y averiguar donde estaba.
Eran las siete de la mañana.
Salió del callejón como pudo, cojeando de su pie derecho.
Al salir, la luz le daba de lleno en los ojos, dificultándole aún más la visibilidad.
Había poca gente a esas horas de las mañana. Un joven paseando a su perro, y dos señoras que habían salido a tirar la basura. Había una tercera mujer, sacudiendo el polvo de una alfombra en lo alto de un edificio. Se le quedo mirando con una mueca de incredulidad.

Yasmine sacó un espejo de su bolso y comprobó que tenía el carmín corrido y la sombra de ojos se había extendido por toda su cara. Realmente tenía una pinta horrible, y lamentaba no acordarse de qué había sido lo que la había llevado hasta allí.
No conocía el barrio, no le sonaba nada de aquel lugar.
Logró andar un par de calles más adelante, donde encontró una parada de autobús.
En ella había un cartel que indicaba los horarios junto con los itinerarios de cada día.
Se acercó para comprobar cuando pasaba el siguiente. A las ocho, faltaba una hora.

Se sentó en el asiento de al lado al que contenía un paraguas abandonado.
Rebuscó en su bolso para coger la cartera y cayó en la cuenta de que no tenía nada de dinero, debía de habérselo gastado todo, la noche anterior.
Encontró el envoltorio de un preservativo entre todas las cosas que llevaba dentro. No podía ser verdad aquella idea que estaba pasando por su cabeza. Debía llegar inmediatamente a su casa.

3 de marzo de 2009


Susan era una de las chicas más populares de clase.
Era guapa, alta y con el pelo castaño.
Siempre caminaba por el instituto acompañada de su novio Michael.
Llevaban juntos cuatro meses y quedaban cada sábado a la tarde para ir juntos al Pub de moda.
Tenía todo lo que quería y no le faltaba de nada.
Pero Susan no conseguía ser feliz.
Su corazón lloraba cada noche al apagar la luz.
Se estremecía con los estruendosos gritos que le proclamaba, pidiendo una atención y un cariño que Susan no sabía cómo darle.
A pesar de todos sus esfuerzos por intentar contentarle, Susan no conseguía que su llanto cesase.
Cada noche, cada madrugada, el corazón de Susan se iba debilitando más.
Ya casi no le quedaban lágrimas por derramar.
Estaba vacío y frío. Apenas le quedaban unos días de vida.
Ella lo contemplaba apenada.
‘¿Qué puedo hacer yo por ti?’- se preguntaba una vez tras otra.
Una mañana, la encontraron muerta en su habitación con una carta entre las manos.
‘Hice todo lo que tuve en mis manos. Intenté encontrar alguna medicina que lo curara pero me fue imposible. Después entendí, que sólo las personas que nos rodean son capaces de curar una enfermedad tan grave como ésta.
Por favor, entreguen este mensaje a todos aquellos enfermos que cómo yo, sufran los sollozos de su corazón.’

16 de febrero de 2009


Habitación luminosa. Claridad, privacidad.
La luz entra a través de las tupidas cortinas, envejecidas por el paso del tiempo, pero conservando aún parte de su blancura inicial. Si miras fijamente, parece querer atravesarte. Se enreda en tu retina y durante unos segundos juega con tu pequeña pupila.
La habitación cobra vida, los colores se recrean, desordenadamente ordenados, creando así un nuevo espacio, en el que poder disfrutar de cada una de las curvas de tu cuerpo.
Mi mano recorre tu silueta, dorada por los rayos solares que entran tras la ventana. Se eriza tu pelo.
Mi dedo serpentea alrededor de tus lunares, y encuentra un recoveco debajo de tu oreja que te hace estremecer.
Voy, aventurera, buscando sitios sin conquistar. Pruebo con mis labios de ti. Con mis manos. Con cada parte de mi cuerpo, que se une a ti como un imán que atrae el polo opuesto de otro.
La música fluye a nuestro alrededor. Es suave y lenta, como nuestros movimientos.
Calidez, humedad. Nuestro pequeño mundo en estado puro.

Después, tus brazos se hacen confortables para mí. Como una niña indefensa me dejo cuidar por ti.
Mi protector. Un héroe sacado de mi propia novela caballeresca.

6 de febrero de 2009

Simbiosis fatal.

Tú. Sí, tú.
A ti te hablo. A ti, que miras la vida por encima de tu hombro. A ti, que malgastas cualquier oportunidad de ser feliz. A ti. A ti que desparramas el amor por encima de la mesa, y no te preocupas lo más mínimo por recolocarlo en su sitio. A ti, que osas saber como el que más, llenándote de veneno por dentro para luego explotar. Tú, que quieres ser único en tu especie. Que no quieres ser como los demás, pero acabas berreando como los de tu alrededor. Tú. Tú, que ni siquiera sabes que existo. Que paso los días consiguiendo un pedacito de ti. Que transcurro incesante alrededor de tus pasos. Que subsisto gracias al calor que consigo atrapar en tu rastro. No sabes nada. Tú, que miras a la vida por encima de tu hombro. A ti. A ti, yo me dirijo. A ti, mi soñado e imaginario caballero tras su querida damisela. Tú, que ni siquiera eres capaz de deletrear s-e-n-t-i-m-i-e-n-t-o. Tú, que vives por vivir. Ambicioso y derrotado. Tú. No te has dado cuenta que esa no es la solución. Que tus caminos se han cruzado y has cogido la manera equivocada. Tú. Tú, mi gran amor. Suspiraré por ti, porque sé, que nada tenemos que ver. Que no habrá nadie que desenrede tu enredo. Que tu cabeza es tuya y no dejarás que nadie entre en ella. No dejarás que nadie te acompañe. Tú, salvaje de la vida. Tú, que miras la vida por encima de tu hombro. Qué atrevimiento. A ti. A ti, yo me dirijo.

¡DESPIERTA YA!

4 de enero de 2009

Rastrillo de Bilbao

Cosas viejas, usadas. El polvo amontonado en las fundas de unos libros colocados en una columna algo indefinida.
Vasijas, cuencos, teteras algo oxidadas, inarticulables apenas. Al lado de los candelabros se encuentra un florero de latón, con un grabado antiguo en el centro. Unas cuantas flores de plástico duro se encuentran sobre él, acompañando al niño Jesús de porcelana situado a su izquierda. La vista al frente, un par de mesas más, fotografías antiguas enmarcadas con cartones negros y forro arrugado, baratijas encontradas en algún container de basura.

3 de enero de 2009


La Felicidad es tan relativa ... La encontramos en situaciones y lugares tan dispares entre ellos que da risa pensar que a veces basta con un simple abrazo y otras necesitamos miles y miles de cosas y aún así no nos basta, seguimos vacíos por dentro. Esto sucede cuando estamos acostumbrados, sí, cuando nos acostumbramos a que las cosas vayan bien, y siempre queremos más, entonces cuando una pequeña pieza falla en nuestra rutina nos quejamos, nos hundimos en la tristeza y nos volvemos sumisos ante la falta de algo innecesario, que alguien había puesto ahí hace años y ahora somos incapaces de vivir sin ello. Por eso yo te digo, prescinde, de las cosas materiales, de todo aquello que puedas evitar o simplemente valora lo realmente importante, porque lo que nos llena de vida el corazón son los sentimientos, y no la cartilla del banco a rebosar, ni las prendas de marca de última tendencia, ni todos esos caprichos que compramos año tras año y que acaban por amontonarse en un armario olvidado.