15 de julio de 2009


El bote frío de cartón rebosaba helado de fresa ácida y pequeñas nueces, mientras que los labios de Laura estaban cubiertos como si de un pintalabios se tratara.
La dulce inocencia que siempre había envuelto a su persona, le había sido arrebatada de un solo golpe.
Estaba sentada en el sofá, ahora orientado frente a la ventana. Recorría con sus ojos las calles anaranjadas por el sol e intentaba no pensar en nada que tuviera que ver con su vida.
Le encantaba mirar a los transeuntes que concurrían la avenida e imaginar como serían sus vidas.

4 comentarios:

La Caperucita que se enamoró del lobo. dijo...

Yo también hago como ella...
Intento no pensar en mi vida.

Un beso :*

Pluma de fuego dijo...

No hay que pensar en tu vida, hay que actuar... ya habrá tiempo para pensar cuando no haya fuerzas para caminar

Pluma de fuego dijo...

Ok, había entendido mal jeje

PinKbutTerflY dijo...

Hola!
Me gustó mucho tu blogg!
Ya voy a pasar con más tiempo a leer un poco más :D
Te sigO!

Un abrazO.