15 de abril de 2009


Fatídico, caótico. Otro día más sin ti.
Y es que no lo comprendo, no sé que me has dado. Eres como una droga para mí.

Tu aliento se me escapa entre los dedos y acaricia mi mejilla para llegar a mis labios y decirme: TE QUIERO.
Vas a volverme loca. Tu mirada me perturba y consigue avergonzarme.
Emocionada, cada vez que te giras para ver si camino tras de ti. Voy de tu mano, agarrada fuertemente sin apretar, pero con una unión inseparable entre los dos. No te soltaría ni estando loca.

Mi corazón se revuelca excitado dentro de su habitáculo cada vez que me dedicas una sonrisa de amor.
De esas que hielan el alma, que empujan hacia arriba y hacia abajo como en una montaña rusa.

Esto es fuerte. Lo noto. Lo siento con los ojos cerrados, cuando me acompañas entre las tinieblas y haces que todo se vuelva de color, cuando haces cálido un día gélido, cuando conviertes la tristeza en alegría con solo estar junto a mí.

Te quiero, lo sé, lo siento.

No hay comentarios: