12 de febrero de 2010

Capítulo 7 - La boda

El novio ya ha llegado… El novio ya ha llegado… ¡El novio ya ha llegado, Cristine!

Pero Cristine estaba sumergida en un manto de lágrimas que no cesaban de caer por sus mejillas.
Apenas podía mirar a través del cristal de su Roll Royce blanco. Su mirada estaba vacía, rota.

- Cristine, cariño… ¿qué te pasa? Dime algo, por favor- su madre intentaba averiguar el porqué de la tristeza de su hija.- Es el día de tu boda, ¡deberías estar feliz y radiante!

La congoja de Cristine empeoraba con las palabras de su madre. El coche se puso en marcha.

- Dile que pare, mamá.
- ¿A quién?- preguntó ella sin entender nada.
- Al conductor. No puedo ir a la Iglesia.
- No me pidas eso. Me niego a parar esta boda sin una explicación- comenzaba a agotarse su paciencia. Siempre había pensado que su hija había crecido como una niña caprichosa y no iba a consentir que arruinara también aquel día.- Mírame bien, hija. Vas a casarte con ese hombre, le quieres. No sé qué es lo que te ocurre con él, pero no puedes dejar pasar esta oportunidad, cariño. ¡Es un hombre rico!
- ¿Solo te importa eso?- en verdad, Cristine sabía que esa era la única razón que le había unido a ese hombre. La fama y el dinero. Pero… aquellas palabras no dejaban de repetirse en su mente…



El coche giró hacia la derecha, y Cristine pudo ver la Iglesia. Los últimos invitados se apresuraban por entrar a tiempo, algunas mujeres se sujetaban tan fuerte a sus maridos que hacían que parecieran un accesorio más.

- Si no le dices que pare me bajaré ahora mismo del coche.
- No puedes hacerme esto, ¡qué vergüenza! Están todos esperando, no me decepciones Cristine.
Piensa que luego puedes tomar otro camino.
- ¿Te refieres al divorcio?- Cristine estaba atónita. Sabía que la relación que tenía con su madre no era la idílica de un cuento de princesas, pero jamás imaginó que valiese más un montón de billetes que la felicidad de su hija.
Estaba claro que su madre no iba a acceder a parar el automóvil, pero tampoco podía contarle lo que había oído. Seguramente le parecería hasta usual.
Debía armarse de valor y salir de allí cuanto antes. Pero no podía hacerlo sola…

2 comentarios:

galmar dijo...

Qué intriga! La felicidad vale mucho más que una boda:)) je acabo de recordar la peli de 4 bodas y un funeral!! Qué buena!! :))

Unknown dijo...

A mí me encanta el dibujo técnico, y ahora estoy con el diédrico haha.
Ojalá yo volviera a los de primaria, que eran de una hoja :_

Por cierto, en mi entrada anterior tienes un regalo (:

Un beso, Laura!