Su cabello mojado se adhería a su espalda aún húmeda, tras haberse secado rápidamente con la toalla blanca de felpa que ahora se encontraba encima del lavabo.
Caminaba descalza, tanteando el suelo para encontrar sus zapatillas favoritas de color rosa.
Le gustaba el olor a naranja que desprendía su pelo, gracias a aquel nuevo champú.
Después de haberse vestido decidió prepararse el desayuno más abundante y delicioso que podía imaginar: un poco de mermelada de fresa para las tostadas que estaba preparando, zumo de frutas, un par de onzas de chocolate y una taza de leche caliente.
¡Qué buena pinta tiene! - pensó para ella, después de haber colocado todas las cosas encima de la mesa.
Encendió la radio y busco alguna emisora que pusiera música en ese momento.
Continuará ...
